¿El aprendizaje es tan trivial que se puede observar y medir con base en unas simples preguntas a propósito de unos contenidos cualesquiera?
El aprendizaje, es un proceso que involucra tanto factores internos como externos, que producen cambios en el entendimiento, las actitudes, conocimientos y formación, capacidades y habilidades en el individuo. Por ser este un proceso complejo y amplio ha sido motivo de múltiples investigaciones en torno al aprendizaje-eficaz que pueda generar la mejor forma llevarlo a cabo en la práctica educativa. El aula de clase debe servir como escenario de confrontación de las experiencias y las ideas; debe crear el ejercicio permanente del diálogo y discusión; debe servir para el encuentro y desencuentro de las propuestas, los modelos y esquemas; para el error como punto de referencia continua del aprendizaje; para compartir con los colegas y los amigos; para generar las interrelaciones al interior de los equipos y entre los equipos. Para construir el sentido compartido de la autogestión y validar el esfuerzo cotidiano de aprender a aprender, aprender haciendo y hacer al aprender.
El aprendizaje solo toma sentido para un estudiante cuando tiene la oportunidad de transferir lo aprendido a una realidad, en la cual, obviamente, debe estar inscrito y comprometido, pero más allá de hacerlo, el estudiante debe tener la oportunidad de innovar, es decir, de proponer y hacer algo nuevo, Y claro, de generar un cambio, una transformación para su vida.
El aprendizaje, es un proceso que involucra tanto factores internos como externos, que producen cambios en el entendimiento, las actitudes, conocimientos y formación, capacidades y habilidades en el individuo. Por ser este un proceso complejo y amplio ha sido motivo de múltiples investigaciones en torno al aprendizaje-eficaz que pueda generar la mejor forma llevarlo a cabo en la práctica educativa. El aula de clase debe servir como escenario de confrontación de las experiencias y las ideas; debe crear el ejercicio permanente del diálogo y discusión; debe servir para el encuentro y desencuentro de las propuestas, los modelos y esquemas; para el error como punto de referencia continua del aprendizaje; para compartir con los colegas y los amigos; para generar las interrelaciones al interior de los equipos y entre los equipos. Para construir el sentido compartido de la autogestión y validar el esfuerzo cotidiano de aprender a aprender, aprender haciendo y hacer al aprender.
El aprendizaje solo toma sentido para un estudiante cuando tiene la oportunidad de transferir lo aprendido a una realidad, en la cual, obviamente, debe estar inscrito y comprometido, pero más allá de hacerlo, el estudiante debe tener la oportunidad de innovar, es decir, de proponer y hacer algo nuevo, Y claro, de generar un cambio, una transformación para su vida.